Philo Vance es un neoyorkino rico y arrogante que investiga asesinatos por afición. Hábil esgrimidor, excelente golfista, pero sobretodo uno de los jugadores de póquer más confiados que ha existido, Vance es un detective que nunca pasa desapercibido. Ligeramente alto y vestido siempre a la moda, es extraordinariamente bien parecido y tiene un porte elegante que en ocasiones emana antipatía.
Su pasión por los objetos de arte y su conocimiento de la psicología humana siempre lo ponen un paso adelante en los crímenes que investiga. Tiene un asombroso instinto para juzgar a las personas, lo que le permite calar por debajo de los actos humanos. Libre de sentimentalismos convencionales y de supersticiones corrientes, la inteligencia fundamentalmente filosófica de Vance le obliga a resolver crímenes de una manera constante, fría y lógica.
Muchos llamarían a Vance un diletante.
¿Accidente o asesinato? Ante la duda y para no verse envuelto con la policía, Donald Scarlett, ayudante de Mindrum Bliss, recurre a Philo Vance. La policía cree tener en sus manos al asesino, pero Philo Vance tiene otras ideas. ¿No son demasiado obvias las pistas como para tomarlas en serio?
{buybutton id=15115/}Las huellas de unas pisadas en la nieve convencen al sargento Heath de que la casa Greene ha sido atacada por un ladrón que, descubierto, ha disparado contra Julia y Ada. La obstinación del sargento Heath no se conmueve cuando un tercer ataque acaba con la vida de otro de los hermanos. Pero Philo Vance tiene la fuerte intuición de que la fuerza asesina está en los muros depravados de la casa. Le faltan las pistas, que deberá encontrar antes de que el asesino acabe con todos los herederos de Tobias Greene.
Bajo la atenta vigilancia de Philo Vance y el sargento Heath, Lynn resulta envenenado cuando toma un vaso de agua proveniente del decantador privado del gerente del casino, el tío Kinkaid.
Lynn, jugador empedernido y heredero de una enorme fortuna que maneja su madre dipsómana, sobrevive al atentado. Pero cuando todavía se retuerce por los efectos del veneno, llega la noticia de que su esposa Virginia acaba de morir envenenada en la mansión familiar. Virginia ha dejado una carta suicida, pero Lynn sospecha que todo es una fabulación de su excéntrica madre, a quien cree culpable del asesinato.
¿Están en peligro los herederos de la fortuna Llewellyn? ¿Qué pasará con Amelia, la sexy hermana de Lynn que ha seguido los pasos de su madre por la avenida del alcohol? Un caso que solo el poder psicológico de Philo Vance está en condiciones de desenredar entre las volutas de humo de sus cigarrillos de lujo.
Bajo la atenta vigilancia de Philo Vance y el sargento Heath, Lynn resulta envenenado cuando toma un vaso de agua proveniente del decantador privado del gerente del casino, el tío Kinkaid.
Lynn, jugador empedernido y heredero de una enorme fortuna que maneja su madre dipsómana, sobrevive al atentado. Pero cuando todavía se retuerce por los efectos del veneno, llega la noticia de que su esposa Virginia acaba de morir envenenada en la mansión familiar. Virginia ha dejado una carta suicida, pero Lynn sospecha que todo es una fabulación de su excéntrica madre, a quien cree culpable del asesinato.
{buybutton id=15116/}Philo Vance es invitado a una gran recepción. Vance llega, abriéndose paso en la nieve y acompañado por su fiel Van, justo a tiempo para presenciar varios asesinatos, un robo y admirar las sorprendentes virtudes de Ella Gunther como patinadora sobre hielo. No es el único secreto de Ella, quien se cuida de Joan, la hermana paralítica de Richard, con quien sostiene una aventura amorosa.
Vance deberá desarmar varias coartadas a prueba de balas y jugar sutiles partidas psicológicas antes de resolver los crímenes, mientras lucha por mantener el apellido Rexton lejos de los escándalos mediáticos.
Cuando Sanford Montague desaparece bajo las aguas y la extravagante señor Stamm insinúa que ha sido tragado por el dragón de los Lenape, Leland sospecha que hay juego sucio y llama a la policía. Pero después de drenar la piscina lo único que encuentran son las huellas de un dragón.
Será necesaria toda la erudición de Philo Vance sobre dragones y leyendas para descubrir que la desaparición de Montague tiene motivos mucho más pedestres que una venganza india.
Margaret Odell no tenía ninguna aptitud singular, excepto la belleza que la había convertido en un mito de Broadway surgido de la líneas del coro de un musical. Cuando aparece su cadáver estrangulado y el coqueto piso en el que vive saqueado y en total desorden, la prensa enloquece y la policía piensa que se trata de un robo con homicidio.
Será necesaria la erudición de Philo Vance para deshacer varios alibis y llegar al culpable. Mientras tanto, y gracias a la inoperancia policial, el asesino vuelve a golpear.
{buybutton id=16143/}Cuando Archie Coe, el riquísimo y detestado coleccionista de porcelana china, aparece muerto en su habitación cerrada desde el interior, la primera hipótesis es suicidio. Pero una rápida inspección del doctor Doremus muestra que el cadáver de Archie ha sido golpeado con un objeto contundente y apuñalado antes de recibir el tiro en la sien.
Philo Vance no está de acuerdo con los derroteros de la investigación. Deberá recurrir a todos sus conocimientos sobre cría de perros y antigüedades chinas para resolver el puzzle del cuarto cerrado.